BROTES DE PRIMAVERA

Sí, en noviembre. Brotes de inicio de primavera. Eso es lo que veo últimamente a mi alrededor. Supongo que es similar a la expresión "después de la tempestad llega la calma".

Eso es lo que me está pasando. Después de unos años de sobrevivir. Sí, sobrevivir. Porque no nos damos cuenta, pero eso es lo que hacemos. Nos levantamos, desayunamos, vamos a trabajar, nos hacemos cargo de la familia, de la casa y de lo que toque. Llega la noche, cenamos, vamos a la cama, y al día siguiente más de lo mismo. Y sí, tenemos hobbies. Y hay ratos que los pasamos haciendo alguna cosilla que nos gusta. Pero vamos en piloto automático, sin disfrutar de la vida. Sin ni siquiera pararnos a pensar si verdaderamente estamos disfrutando de la vida.

Y hay veces, como en mi caso, que la mierda se va acumulando. Que te pasas con el trabajo, la responsabilidad... Que te das cuenta de ello, o no. Pero ¿Cómo vas a dejar de hacer lo que te corresponde? ¿Cómo vas a dejar tirados a tus compañeros, amigos...? Pero ¿sabes qué? Que no eres imprescindible para todo. Muchas cosas pueden salir a delante sin ti. Pero tú, te necesitas. Necesitas escucharte y respetarte. Porque si tu no lo haces ¿Quién lo va a hacer? ¿Cómo
lo van a hacer los demás si tu no lo haces? Y si tú no estás bien, tampoco vas a poder estar para los que quieres.

El caso es que sigues adelante, y al final todo explota. A cada uno de una forma diferente, antes o después, pero nos explota. Y cuando haces el trabajo duro, porque lo es, de ir haciéndote cargo, de modificar patrones, pensamientos, hábitos, actitudes... Entonces, el cielo empieza a clarear. Te empiezas a sentir mejor. A tener energía. A ver realmente quién eres. A ver qué es lo que quieres. Cada paso te va llevando al siguiente. Y lo vas viendo con más claridad. Las cosas se van colocando en su sitio. Y va dejándose ver tu propósito en esta vida. Y puedes mirar atrás, y ver dolorosamente, lo mal que has estado. Y el daño que eso ha podido hacer a los de tu alrededor, a los que quieres. Y entonces, porque los quieres, y porque a pesar de todo, ves que han seguido a tu lado porque te quieren. Entonces, tomas el impulso para seguir adelante. Dejando el miedo. Porque eres consciente, de que la vida siempre nos da oportunidades. Y tienes claro, que saldrás adelante si te lo propones. Aunque haya reveses en el camino, siempre va a haber formas de seguir adelante.

Y en eso estoy ahora. Viendo brotes. Esos brotes iniciales que sobresalen de entre las últimas nieves, entre la escarcha... Los veo. Aunque estemos en noviembre.

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